Elopements en Puerto Rico, no son muy comúnes, y es que Solmarí y Fernando tampoco son una pareja común.
Conocimos a esta pareja a principios de año. Nos contrataron para hacerles una sesión de parejas. !Y qué sesión de parejas! Los retrataríamos cerca del Bosque Seco de Guánica, el lugar más seco, soleado y caluroso de Puerto Rico. Sin embargo de camino al lugar llovía como NUNCA. Ibamos nerviosos pensando en cómo haríamos para retratarlos. Para nuestra sorpresa cuando llegamos al lugar la lluvia se detuvo y salió el arcoíris más duradero encima de nosotros. El sol hizo que todo se pusiera dorado y pasamos el mejor tiempo retratándolos. Fue tan natural la conexión que tuvimos con Sol y Fer que al despedirnos sentíamos que nos despedíamos de amigos. No nos imaginábamos que meses después nos llamarían para ser los fotógrafos de su boda.
Fernando y Solmarí no querían hacer una boda tradicional, buscaban algo sencillo, diferente y significativo. Lo más importante para ellos era tener los recuerdos de su día a través de la fotografía. Celebrarían la ceremonia con solo 15 de sus familiares en algún lugar especial de la isla. ¡Querían hacer un elopement! ¡Y nosotros no cabíamos de la emoción! Nos enamoramos de la idea y comenzamos a involucrarnos y a planificar junto a ellos.
Nos fuimos un sábado junto a ellos a recorrer el centro de la isla, buscando lugares para su ceremonia. Visitamos una cascada increíble y un bosque alto con la vista más hermosa. Aun así algo faltaba. Después de buscar y buscar lugares Sol y Fer encontraron el lugar perfecto: la finca abandonada de su abuelo. El abuelo de Sol tenía una pequeña finca que visitaban mucho desde pequeña. Cuando el abuelo falleció dejaron de visitarla y el lugar se perdió. La magia de esta celebración es que la finca que durante tantos años fue testigo de las alegrías de Sol y su familia cobró vida nuevamente para ser testigo esta vez de la alegría más profunda y especial.
Fernando, Solmarí y su familia estuvieron meses limpiando la finca y preparando todo para lo que sería su unión. Cuando decimos todo realmente nos referimos a TODO. La pieza de madera en donde está el macramé fue hecha por ellos, el macramé, los arreglos florales, el bizcocho, la picadura y toda la decoración. Y es que hasta visitaron ríos para cortar flores que deseaban para su día. Cada detalle fue preparado con tanto amor por sus familiares y ellos. Jamás habíamos visto tanta complicidad en una familia y en una pareja. Todo de ese día celebraba su amor.
Todavía nos pellizcamos para saber que no fue un sueño. Y es que aun no podemos creer que conocemos gente tan única. Todo lo extraordinario, todo lo que lleve corazón, todo lo que lleve historia, allí estaremos nosotros.
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